Las conexiones humanas pueden ser complejas, y a veces ocurren cosas que alejan a las personas. La vida puede tensar incluso los vínculos más significativos. La relación madre-hija no es una excepción.
Divertirse juntas
Aunque tu madre y tú tengan ideas muy distintas sobre la diversión, buscar la manera de encontrar un terreno común en lo que se refiere al disfrute mutuo.
Comparte lo que te gusta con tu madre, ya sea la jardinería, cocinar o ir al cine. Estar abierto a compartir nuevas experiencias hace que sea mucho más fácil dar prioridad a la diversión cuando pasan tiempo juntas.
Escucharse de verdad
Al recibir información, es importante escuchar activamente. Esto significa no interrumpir y escuchar hasta el final.
Asegúrate de que entiendes lo que se dice. Haga preguntas si no está seguro y evite las suposiciones. Tómate un tiempo para evaluar lo que has oído y reflexionar.
Cuanto mejor escuches a tu madre y lo que tiene que decir, más fácil te resultará sentirte conectado a ella
Comunícate con eficacia
Utilizar frases con ‘yo’ es una forma de responsabilizarte de tus propios sentimientos:
“Por ejemplo, en lugar de decir ‘Me estás haciendo enfadar de verdad’, prueba con un ‘Ahora mismo estoy enfadada porque’, más posesivo, y especifica el comportamiento que te está molestando”.
También es importante evitar dar órdenes o juzgar con palabras y frases como ‘Tú siempre’, ‘Tú nunca’, ‘El problema contigo es’ o ‘Lo que deberías hacer es’. Prueba con frases más suaves y efectivas como “Me siento como” o “Así es como me hace sentir ese comportamiento”.
El objetivo es aumentar las posibilidades de que el otro te escuche, evitar herir sentimientos y llevarte hacia la resolución.
Define tus límites
Sé justo y firme con tu madre cuando se trate de temas delicados o prohibidos. Por ejemplo, si hay aspectos de tu vida de los que prefieres no hablar con ella, díselo. Sé sincero con tu madre sobre lo que necesitas (o no) de ella para sentirte bien en su relación.
Compartir y ser honesto están presentes en todas las relaciones sanas, pero también lo están unos límites sanos.
En lugar de sentir que tu madre se entromete en tu vida, hazle saber cuándo y dónde puede ayudar.
Deja que te enseñe
Aunque el papel de madre puede consistir en guiar y enseñar, a medida que tu hija se hace adulta es importante que le permitas compartir conocimientos contigo.
Muéstrate abierta a aprender cosas nuevas de tu hija para recordarle que tu relación es bidireccional y que no estás ahí sólo para formarla.
Dale espacio
Conectar también requiere desconectar.
Si nunca pasan tiempo separados, pueden llegar a ser incapaces de apreciar el tiempo que pasan juntos.
Dependiendo de su relación, tomarse unos días o semanas sin verse ni hablarse puede ayudar a que el momento en que vuelvan a conectar sea aún mejor.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.