Cómo Terminar una Relación [Incluso si se Siente Imposible]

En este artículo:

Aprender cómo terminar una relación puede ser una de las decisiones más difíciles de tu vida, especialmente cuando parece imposible dar ese paso. Imagina esto:

Liz nunca pensó que estaría aquí, frente al espejo del baño, ensayando cómo decirle a Gonzalo que su relación había llegado a su fin. Llevaban cinco años juntos, y durante mucho tiempo, ella creyó que él era “el indicado”. Pero últimamente, algo había cambiado.

Las discusiones no eran frecuentes, pero cuando sucedían, le dejaban una sensación de vacío y agotamiento que tardaba días en disiparse. Las pequeñas alegrías que solían compartir –como cocinar juntos o hablar sobre sus sueños– habían sido reemplazadas por silencios incómodos y miradas perdidas en el celular.

Lo intentó todo: conversaciones largas hasta altas horas de la noche, escapadas de fin de semana, incluso consejos de amigas que le decían “sé paciente, todas las parejas pasan por esto, habla con él y dile cómo te sientes.” Pero en el fondo, Liz sabía que algo más profundo estaba mal. No era solo un mal momento; era una relación que había dejado de sumarle a su vida.

Esa noche, mientras se miraba al espejo, lo entendió con claridad: “No puedo seguir viviendo así.” Liz sabía que tenía que tomar la decisión más difícil de su vida, incluso si parecía imposible.

¿Es Momento de Decir Adiós?

decisiones dificiles en la relacionDecidir si es hora de terminar una relación puede sentirse como una decisión monumental, especialmente cuando las emociones están involucradas. Saber cómo terminar una relación de forma consciente y respetuosa no solo es importante para tu bienestar, sino también para garantizar que ambas partes puedan avanzar hacia una vida más plena. Silvia Congost, autora de Si duele, no es amor, señala que el primer paso para tomar esta decisión es diferenciar entre el amor genuino y las dinámicas que nos desgastan. “Cuando uno es capaz de diferenciar lo que es amor de lo que no lo es, adquiere la libertad para elegir desde la conciencia, sin engaños ni excusas”​.

El amor genuino no duele; lo que duele es aferrarse a lo que ya no nos hace bien.

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Señales de que la relación ha llegado a su fin

Estas son algunas señales clave que indican que una relación podría no estar funcionando:

  1. Ausencia de reciprocidad: Amar significa dar y recibir a partes iguales. Si constantemente das más de lo que recibes, es momento de cuestionar el balance de tu relación​.
  2. Pérdida de conexión emocional: Cuando las conversaciones se sienten vacías y la distancia emocional aumenta, es difícil mantener una relación saludable.
  3. Dependencia emocional: Estar con alguien porque temes estar sola no es amor, sino dependencia. Esto, según Congost, genera “un sufrimiento que no tiene que ver con el amor, sino con nuestra incapacidad de alejarnos”​.
  4. Lucha constante: Henry Cloud, en su libro Necessary Endings, compara las relaciones que no funcionan con plantas que necesitan ser podadas para que otras partes puedan florecer. “A veces, debemos dejar ir algo que amamos para dar espacio a algo nuevo y mejor”​.

Cuando una relación deja de sumar, es momento de reflexionar si vale la pena seguir invirtiendo en ella.

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Reflexiona sobre estas preguntas

Para ganar claridad, pregúntate lo siguiente:

  • ¿Siento paz y bienestar la mayor parte del tiempo con mi pareja?
  • ¿Estoy creciendo como persona en esta relación?
  • ¿Ambos estamos comprometidos a resolver nuestros problemas juntos?

Una decisión con conciencia

Saber cómo terminar una relación desde el respeto y la empatía requiere valentía, pero como indica Congost, “Rendirse no es perder; es ganar paz y dignidad“​. Este proceso puede ser el primer paso hacia una vida más plena y auténtica​. Este proceso requiere valentía, pero puede ser el primer paso hacia una vida más plena y auténtica.

Conocer cómo terminar una relación de manera consciente es un acto de amor propio y respeto mutuo.

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Decir Adiós no es Fracasar

Esa misma noche, mientras Liz se recostaba en la cama con su cuaderno en las manos, comenzó a escribir todo lo que sentía. No lo hacía para buscar culpables, sino para poner en palabras lo que llevaba meses pesando en su corazón. Al terminar, se dio cuenta de algo importante: había intentado todo lo que estaba a su alcance, pero el amor no debería sentirse como una lucha constante.

Liz cerró el cuaderno y respiró profundo. Entendió que soltar no era sinónimo de rendirse ni de fracasar. Era reconocer que su bienestar también importaba. Esa claridad, aunque dolorosa, la llenó de una inesperada sensación de paz.

Con esta nueva perspectiva, Liz empezó a ver la decisión de terminar su relación no como un error, sino como un paso necesario para abrirse a nuevas posibilidades.

corazon en la arena borrado al terminar la relacionTerminar una relación puede sentirse como una derrota, pero en realidad, es una de las decisiones más valientes que puedes tomar. Estamos rodeadas de mitos que nos hacen creer que dejar ir significa fracasar, cuando en realidad es un acto de amor propio y dignidad.

Robin Norwood, en Las mujeres que aman demasiado, explica que muchas veces las creencias tóxicas nos atan a relaciones insanas. Romper con esos patrones no es fácil, pero es esencial para priorizar tu salud emocional: *“Amar demasiado es sufrir, y el sufrimiento no es un requisito del amor verdadero”*​.

Mitos sobre terminar una relación

Estas ideas equivocadas pueden mantenerte atrapada en una relación que ya no funciona:

1. “Si lo dejo, significa que no intenté lo suficiente.”

La verdad es que el amor no debería ser una batalla constante. Silvia Congost señala que cuando una relación te exige más esfuerzo del que puedes dar, no es una señal de amor, sino de desgaste emocional. “Poner límites no es abandonar; es protegerte”​.

“Dejar ir no significa que no intentaste lo suficiente, significa que elegiste cuidarte.”

2. “El amor verdadero supera todo.”

Este mito nos lleva a pensar que debemos soportar cualquier cosa por amor. Sin embargo, Robin Norwood nos recuerda que el amor no debería implicar sacrificios continuos. “El amor verdadero no duele; lo que duele es aferrarse a algo que ya no nos hace bien”​.

“El amor verdadero no supera todo, pero sí se basa en el respeto mutuo y el cuidado emocional.”

3. “Estoy renunciando a lo único que tengo.”

Esta creencia suele estar ligada al miedo a estar sola. Pero estar con alguien solo por miedo al vacío no es una razón válida para mantener una relación. Silvia Congost explica: “La soledad que sentimos dentro de una relación tóxica es mucho más dañina que estar sola”​.

4. “Todo el mundo tiene problemas, esto es normal.”

Sí, todas las parejas tienen desafíos, pero hay una gran diferencia entre superar obstáculos y vivir en una constante lucha. Henry Cloud, en Necessary Endings, menciona: “Reconocer que algo ha llegado a su fin no es rendirse; es dar espacio a lo que sí puede florecer”​.

Aceptar que algo ha terminado no es fracaso, es sabiduría.

El verdadero significado de decir adiós

Terminar una relación no significa que fracasaste, sino que valoras tu bienestar y reconoces que mereces algo mejor. Robin Norwood enfatiza que priorizar tu salud emocional no solo beneficia tu vida, sino que también establece un estándar para las relaciones futuras.

¿Cómo se traduce esto en amor propio?

  • Reconoces que mereces reciprocidad emocional.
  • Entiendes que la felicidad no debe depender únicamente de tu relación.
  • Aprendes a soltar sin culpa, sabiendo que es un acto de respeto hacia ti misma.

Decir adiós no es rendirse; es dar un paso hacia la paz y la libertad emocional.

Pasos para Prepararte Emocionalmente para Terminar una Relación

Después de aceptar que su relación había llegado a un punto sin retorno, Liz se dio cuenta de que no podía seguir ignorando lo que sentía. Pero sabía que terminar una relación no era algo que pudiera hacer impulsivamente. Quería hacerlo de manera consciente, desde un lugar de respeto hacia sí misma y hacia su pareja.

Esa noche, mientras escribía en su diario, Liz comenzó a organizar sus pensamientos. No solo quería encontrar las palabras correctas para expresar cómo se sentía, sino también prepararse emocionalmente para lo que vendría después. Sabía que tomar esta decisión requería más que valor; necesitaba claridad y calma.

Liz entendió que no bastaba con saber que debía terminar la relación, también debía preparar su corazón y su mente para afrontar lo que venía. Por primera vez en meses, sintió que estaba tomando el control de su vida.

Terminar una relación es una decisión que puede traer consigo dudas, miedos e incluso culpa. Sin embargo, prepararte emocionalmente puede ayudarte a afrontar este momento con más claridad y seguridad. La clave está en conectar contigo misma y tomar decisiones que reflejen tus valores y necesidades.

Robin Norwood, en Las mujeres que aman demasiado, explica que “una separación consciente no es solo un acto de valentía, sino también una oportunidad de reencontrarte contigo misma”​. Aquí tienes una guía para comenzar este proceso.

Prepararte para terminar una relación es un acto de amor propio, no de egoísmo.

Cómo tomar la decisión sin sentirte culpable

La culpa es una de las emociones más comunes cuando piensas en terminar una relación, especialmente si amas a tu pareja o temes lastimarla. Pero sentirte culpable no significa que estés equivocada. Silvia Congost señala: “La culpa aparece cuando nos preocupamos más por los demás que por nosotras mismas, olvidando que nuestra felicidad también importa”​.

Para aliviar la culpa, recuerda:

  • Estás tomando esta decisión porque es lo mejor para ambas partes.
  • No estás obligada a permanecer en una relación que no te hace feliz.
  • Priorizar tu bienestar no te convierte en una persona egoísta, sino en alguien consciente.

Los pasos para prepararte

Tomar la decisión de terminar una relación no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso emocional que requiere valentía, tiempo y, sobre todo, claridad. Muchas veces, es fácil quedar atrapada en un ciclo de dudas: “¿Estoy tomando la decisión correcta? ¿Realmente lo intenté todo?” Estas preguntas pueden ser abrumadoras, pero también son una señal de que te importa hacer las cosas bien, tanto para ti como para tu pareja.

Antes de dar ese paso, es importante que te prepares emocionalmente. Esto no solo te ayudará a tomar la decisión con seguridad, sino que también te dará las herramientas para enfrentar lo que venga después. Como bien dice Robin Norwood, “El fin de una relación puede ser un acto de amor hacia ti misma, una oportunidad de crecer y sanar”.

Prepararte no significa que el proceso será fácil, pero sí te permitirá avanzar con más calma y confianza. Aquí tienes algunos pasos prácticos para comenzar este camino.

Paso 1: Reflexiona sobre tus necesidades y límites

Antes de tomar cualquier acción, tómate un tiempo para reflexionar. Pregúntate:

  • ¿Qué necesito para sentirme plena y feliz en una relación?
  • ¿Mis límites están siendo respetados, o siento que estoy sacrificando partes de mí misma?

Escribir tus pensamientos en un diario puede ayudarte a visualizar lo que realmente importa. Este ejercicio te permitirá conectar con tus deseos y ser más consciente de lo que estás buscando.

Paso 2: Haz una lista de los pros y contras de continuar

A veces, organizar tus pensamientos de manera estructurada puede darte la perspectiva que necesitas. Divide una hoja en dos columnas:

  • En una, escribe los aspectos positivos de seguir en la relación.
  • En la otra, escribe lo que te está afectando negativamente.

Al completar esta lista, pregúntate:

  • ¿Estoy manteniendo esta relación por amor o por miedo?
  • ¿Qué es más fuerte: el bienestar que siento o el desgaste que me genera?

Henry Cloud, en Necessary Endings, sugiere que este tipo de claridad te permite avanzar con más confianza: “Las decisiones difíciles no se basan en lo que queremos dejar atrás, sino en lo que queremos construir a futuro”​.

La claridad comienza cuando decides escuchar tus propias necesidades.

Paso 3: Habla con alguien de confianza

Compartir tus pensamientos con alguien cercano puede ayudarte a sentirte menos sola en este proceso. Busca a una amiga, familiar o una psicóloga que pueda escucharte sin juzgarte.

¿Qué temas puedes abordar?

  • Cómo te has estado sintiendo en la relación.
  • Tus dudas y miedos sobre terminar la relación.
  • Las posibles consecuencias emocionales y cómo enfrentarlas.

A veces, escuchar una perspectiva externa puede ofrecerte el apoyo y la validación que necesitas para tomar el siguiente paso.

Hablar con alguien de confianza puede ser la chispa que necesitas para avanzar.

Paso 4: Imagina tu vida después de la ruptura

Visualizar cómo sería tu vida sin esta relación puede ser un ejercicio revelador. Imagina tus días:

  • ¿Qué harías con el tiempo y la energía que ahora dedicas a esta relación?
  • ¿Te sentirías más tranquila, más libre o más conectada contigo misma?

Este ejercicio no es para idealizar la separación, sino para recordarte que hay vida más allá de esta etapa.

Visualizar tu vida después de la ruptura no es un acto de escapismo, sino un recordatorio de que mereces paz y plenitud.

Tener la conversación difícil

Después de días de reflexión, listas interminables de pros y contras, y largas charlas con su mejor amiga, Liz sabía que estaba lista para dar el siguiente paso. Había imaginado su vida después de la ruptura, visualizando la tranquilidad que tanto anhelaba. Pero un obstáculo seguía frente a ella: ¿cómo tendría esa conversación con Gonzalo sin herirlo?

Esa noche, Liz se sentó frente a su escritorio, escribiendo una y otra vez lo que quería decir. Sabía que no podía controlar cómo él reaccionaría, pero sí cómo transmitiría su decisión: desde el respeto y la sinceridad. Recordó algo que su amiga le había dicho: “No estás rompiendo con él porque no lo ames, sino porque te amas a ti misma.”

Respiró profundo y decidió que al día siguiente hablaría con Gonzalo. Liz no tenía todas las respuestas, pero por primera vez, sentía la calma de estar actuando desde el corazón.

pareja teniendo una conversacion dificil sobre terminar su relacionSi hay algo que sabemos sobre cómo terminar una relación, es que no importa cuánto te prepares, siempre va a doler un poco (a veces un poco más).

¿Cómo le dices a alguien con quien compartiste tanto que es momento de seguir caminos diferentes? No hay una fórmula mágica que haga que todo sea fácil, pero sí puedes acercarte a esta conversación con empatía, claridad y respeto.

Imagina que tu relación es como un libro que has leído una y otra vez. Hay capítulos que te hicieron reír, llorar y sentir cosas increíbles, pero ahora las páginas empiezan a repetirse, y ya no encuentras nada nuevo. Llegó el momento de cerrar ese libro, no porque no sea valioso, sino porque necesitas abrir espacio para nuevas historias.

El momento del adiós

El momento de hablar no es solo un paso más; es el puente que te permite soltar y empezar de nuevo. Pero, claro, no se trata de lanzarte sin un plan. Aquí te doy algunos consejos para prepararte emocionalmente antes de esa conversación:

Cómo prepararte para hablar

1. Escoge el lugar y momento adecuado

No es lo mismo tener esta conversación en medio de una discusión que hacerlo en un espacio tranquilo, donde ambos puedan hablar sin interrupciones. Busca un lugar donde se sientan cómodos, como en casa o en un parque, lejos de miradas curiosas o distracciones.

Y no, por favor, no elijas un momento caótico, como cuando está lidiando con una semana estresante o después de un día complicado. Esta conversación necesita atención y calma. Piensa en un momento en el que ambos puedan estar presentes.

Tip práctico: Si sabes que la otra persona necesita tiempo para procesar, evita tener esta charla justo antes de que salga a trabajar o cuando tengan compromisos importantes.

2. Sé honesta pero compasiva

Aquí no se trata de buscar culpables, sino de expresar cómo te sientes y lo que necesitas. Usa frases que reflejen tu decisión sin atacar. Por ejemplo:

  • “He estado reflexionando mucho sobre nuestra relación y siento que, aunque lo hemos intentado, ya no estamos en el mismo lugar emocional.”
  • “Quiero que sepas que esto no es fácil para mí, pero creo que es lo mejor para ambos seguir adelante por separado.”

Hablar desde tu experiencia personal ayuda a evitar que la conversación se convierta en un intercambio de reproches. En lugar de decir: “Siempre haces esto” o “Nunca cambiaste”, enfócate en frases como: “Yo siento que necesito…” o “He llegado a la conclusión de que…”.

Tu objetivo no es ganar una discusión, sino transmitir tu decisión con claridad y respeto.

3. Prepara tu mente para diferentes reacciones

No puedes controlar cómo reaccionará la otra persona. Tal vez te sorprenda con comprensión o, por el contrario, sienta enojo, tristeza o incluso incredulidad. Estas emociones son normales, pero no tienen que hacerte dudar de tu decisión.

Robin Norwood, en Las mujeres que aman demasiado, nos recuerda que “terminar una relación no es un castigo para el otro, sino un acto de responsabilidad contigo misma”. Mantén esa frase en mente si sientes que te invade la culpa o el deseo de retractarte en medio de la charla.

Tip práctico: Si la conversación toma un giro emocional complicado, respira hondo antes de responder. Una pausa breve puede ayudarte a mantener la calma y evitar reacciones impulsivas.

Este es uno de los momentos más difíciles del proceso, pero recuerda: no estás haciendo esto porque no te importe la otra persona, sino porque has decidido que mereces algo mejor para ambos. Cada palabra que digas con empatía será un paso hacia tu libertad emocional.

Hablar desde el corazón no elimina el dolor de una despedida, pero sí deja espacio para el respeto y la dignidad.

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Recuperación emocional después de la ruptura

La conversación con Gonzalo no había sido fácil. Liz había escogido un momento tranquilo, un espacio donde ambos pudieran hablar sin prisas ni distracciones. Le explicó con cuidado cómo se sentía, evitando culpas y reproches, pero no por eso fue menos doloroso. Mientras lo escuchaba procesar su decisión, sintió cómo una mezcla de emociones se agitaba en su interior: alivio, tristeza, miedo y una pizca de esperanza.Los días que siguieron no fueron menos desafiantes. Liz se encontró repasando mentalmente la conversación una y otra vez, preguntándose si había dicho todo lo necesario, si había hecho lo correcto. Las dudas eran inevitables, pero al mismo tiempo, algo dentro de ella empezaba a cambiar. Era como si, poco a poco, el peso que había llevado durante tanto tiempo comenzara a desaparecer.

Una mañana, mientras preparaba su café, Liz se detuvo a mirar por la ventana. El sol iluminaba las calles, y por primera vez en semanas, se sintió capaz de respirar profundamente. Fue en ese momento que entendió algo importante: la recuperación no era cuestión de borrar el pasado o evitar la tristeza, sino de encontrar formas de reconstruirse, paso a paso.

Liz sabía que el camino no sería lineal, pero estaba dispuesta a recorrerlo. A partir de ahí, tomó una decisión: priorizarse, escucharse y dedicarse tiempo para sanar.

Después de decir adiós, el silencio puede sentirse ensordecedor. Por mucho que supieras que terminar una relación era la mejor decisión, enfrentarte a los días siguientes puede ser un desafío emocional. Pero este no es el final de tu historia. Al contrario, es una oportunidad para reconstruirte, reencontrarte y, finalmente, renacer más fuerte y más plena.

Robin Norwood, en Las mujeres que aman demasiado, nos recuerda que “dejar ir no es perder, sino liberar el espacio para lo que merecemos realmente”. Este es el momento de escribir el siguiente capítulo de tu vida, y aquí tienes algunas claves para hacerlo con calma y propósito.

Cómo lidiar con el duelo

El duelo no es un proceso lineal ni tiene una duración fija. Va y viene como olas, algunas más intensas que otras. Y está bien. Permitir que esas emociones fluyan es la primera etapa para sanar.

1. Permítete sentir las emociones

No hay emociones “incorrectas” en este momento. Puede que sientas tristeza, enojo, alivio o incluso una mezcla de todas a la vez. Reconoce lo que sientes sin juzgarte. Llorar no significa debilidad; significa que estás procesando lo que has vivido.

Tip práctico: Reserva un espacio en tu día para escribir lo que sientes. Un diario puede ser un refugio donde plasmes tus pensamientos y emociones sin filtros.

“No escondas tus lágrimas; son parte de limpiar el terreno para algo nuevo.”

2. Enfócate en actividades que te traigan paz

Aunque parezca difícil, encontrar momentos para desconectar de la tristeza te ayudará a recargar energías. Actividades simples como dar un paseo, meditar o leer un libro pueden ser pequeños recordatorios de que la vida sigue.

Tip práctico: Haz una lista de “cosas que me hacen sentir bien” y comprométete a hacer al menos una cada día.

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Cómo reencontrarte contigo misma

El final de una relación es también un reencuentro contigo. Durante mucho tiempo, quizá pusiste las necesidades de tu pareja por encima de las tuyas. Ahora es momento de mirarte al espejo y preguntarte: ¿Qué necesito para sentirme completa?

1. Practica el autocuidado y retoma hobbies

¿Recuerdas esas cosas que te hacían feliz antes de la relación? Retómalo todo. Puede ser pintar, correr, cocinar o incluso aprender algo nuevo. Estas actividades no solo te mantendrán ocupada, sino que también te recordarán lo capaz y talentosa que eres.

Tip práctico: Dedica un día a la semana para hacer algo solo para ti. Una tarde en casa con mascarillas y tu película favorita cuenta como autocuidado.

Volver a ti no es un lujo, es una necesidad.

2. Busca apoyo emocional si lo necesitas

Hablar con alguien de confianza, como un amigo, familiar o terapeuta, puede ayudarte a poner en perspectiva lo que estás sintiendo. A veces, solo necesitas que alguien te escuche sin juzgarte ni darte soluciones inmediatas.

Tip práctico: Considera grupos de apoyo en línea o en tu ciudad. Compartir experiencias con otras personas que han pasado por lo mismo puede ser increíblemente liberador.

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Tu vida después del adiós

Aunque el futuro pueda parecer incierto ahora, cada paso que des para sanar te llevará a un lugar mejor. Este es tu momento de reencontrarte con tu esencia, de aprender a estar sola sin sentirte sola, y de preparar tu corazón para todo lo que está por venir. Como dice Silvia Congost: “El fin de una etapa nunca es el fin de ti misma; es el inicio de una versión más auténtica y libre”.

Sanar no significa olvidar; significa recordar sin que duela y seguir adelante con más fuerza.

¿Qué pasó con Liz?

Semanas después de esa conversación con Gonzalo, Liz comenzó a notar cambios en su vida. Al principio, los días eran pesados y la soledad parecía un eco constante. Sin embargo, poco a poco, las pequeñas cosas que antes pasaban desapercibidas empezaron a recuperar su brillo.Una mañana, mientras tomaba su café junto a la ventana, se sorprendió sonriendo sin motivo aparente. Había algo liberador en el silencio de su hogar, algo que no había sentido en mucho tiempo: paz.

Liz se inscribió en una clase de cerámica, retomó los libros que había dejado a medias y empezó a reconectar con amigas que hacía años no veía. Cada paso que daba era una forma de reconstruirse, de encontrar las partes de sí misma que había dejado de lado.

No fue fácil, pero Liz entendió algo crucial: soltar no era perder, sino ganar espacio para lo que realmente importa. Gonzalo siempre sería parte de su historia, pero ahora ella estaba lista para escribir un nuevo capítulo, uno en el que el amor propio ocuparía el lugar central.

Conclusión: Un Nuevo Comienzo

Terminar una relación nunca es fácil, pero es uno de los actos más valientes que puedes realizar por ti misma. Como Liz, puede que al principio sientas incertidumbre, tristeza o incluso culpa, pero estos sentimientos son parte del proceso de transformación. Al final, aprenderás que soltar lo que ya no suma a tu vida no es un acto de derrota, sino de amor propio.

La vida después de una ruptura no es el final de tu historia, sino el inicio de un capítulo lleno de posibilidades. Cada paso que des para sanar y reencontrarte contigo misma es un regalo que te permitirá abrir espacio para nuevas oportunidades, relaciones más saludables y, sobre todo, una relación más fuerte contigo misma.

Como bien dice Robin Norwood: “Cuando dejamos ir lo que nos hace daño, nos permitimos florecer de maneras que nunca imaginamos posibles.”

Así que respira, siente, suelta… y prepárate para un futuro donde la paz y la plenitud sean tus compañeras constantes.

Referencias

  • Cloud, H. (2010). Necessary endings: The employees, businesses, and relationships that all of us have to give up in order to move forward. Harper Business.
  • Congost, S. (2017). Si duele, no es amor: Aprende a identificar y liberarte de los amores tóxicos. Zenith.
  • Norwood, R. (1985). Las mujeres que aman demasiado. Urano.

 

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