Histeria: Entre la emoción y la expresión corporal

Histeria Entre la emoción y la expresión corporal

La histeria ha sido un concepto histórico que ha evolucionado a lo largo del tiempo. Ha pasado de estar asociada exclusivamente al útero y ser considerada una condición femenina, a ser comprendida como un trastorno con manifestaciones emocionales y físicas complejas, en las que se han explorado factores psicológicos, sociales y culturales.

El diagnóstico de la histeria debe ser realizado por profesionales de la salud mental capacitados, ya que los síntomas pueden ser complejos y la evaluación debe tener en cuenta diversos factores. Además, el diagnóstico debe considerar los criterios establecidos en los sistemas de clasificación reconocidos, como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades), que proporcionan pautas para el diagnóstico de trastornos mentales.

Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.

historia y definición de la histeria

La histeria es un término que ha tenido diferentes definiciones y conceptos a lo largo de la historia. En la antigüedad, el término “histeria” se asociaba a trastornos que afectaban exclusivamente a las mujeres y se creía que estaban relacionados con el útero. La palabra “histeria” proviene del griego “hystera”, que significa “útero”.

En la época de la Grecia clásica, se creía que la histeria era causada por un desplazamiento del útero dentro del cuerpo, y los síntomas se atribuían a esta condición. Se pensaba que el útero errante causaba síntomas como ansiedad, depresión, tristeza, convulsiones y otras manifestaciones físicas.

A lo largo de la historia, el concepto de histeria ha evolucionado y se ha relacionado con diferentes teorías y enfoques. En el siglo XIX, durante la era de la psiquiatría clásica, el término “histeria” se asoció con una variedad de síntomas físicos y emocionales inexplicables, como parálisis, ceguera, convulsiones y pérdida de la voz. En esta época, se creía que la histeria era exclusiva de las mujeres y se consideraba una manifestación de conflictos emocionales y sexuales reprimidos.

Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, también estudió y teorizó sobre la histeria. Según Freud, la histeria se originaba en conflictos psicológicos y traumas emocionales no resueltos, y sus síntomas eran manifestaciones simbólicas de estos conflictos internos.

Con el desarrollo de la psiquiatría y la psicología modernas, el término “histeria” ha sido reevaluado y ha perdido popularidad en favor de términos más específicos, como “trastorno de conversión” en el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales).

Síntomas y manifestaciones de histeria

Los síntomas y manifestaciones de la histeria, también conocida como trastorno de conversión, pueden variar ampliamente de una persona a otra. Los síntomas son de naturaleza física y pueden ser similares a los de una enfermedad o lesión, pero no tienen una causa médica subyacente identificable. Algunos de los síntomas y manifestaciones comunes de la histeria incluyen:

  1. Conversiones motoras: Los síntomas pueden incluir parálisis o debilidad en una o más extremidades, dificultad para caminar o moverse, temblores, movimientos inusuales, espasmos musculares o convulsiones.
  2. Conversiones sensoriales: Los síntomas pueden manifestarse como pérdida o alteración de la sensibilidad en ciertas partes del cuerpo, pérdida de la visión o la audición, o sensaciones anormales como entumecimiento, hormigueo o sensación de ardor.
  3. Función motora: Pueden aparecer síntomas como dificultad para hablar o tragar, cambios en la voz, tics o movimientos repetitivos, desmayos o colapsos.
  4. Conversiones sensoriales especiales: Algunas personas pueden experimentar síntomas como ceguera psicógena (pérdida de la visión sin una causa médica), sordera psicógena (pérdida de la audición sin una causa médica), anosmia (pérdida del sentido del olfato) o ageusia (pérdida del sentido del gusto).
  5. Conversiones psicológicas: Además de los síntomas físicos, la histeria también puede manifestarse con síntomas psicológicos, como cambios en el estado de ánimo, ansiedad, depresión, amnesia o pérdida de memoria selectiva, trastornos de la personalidad o alteraciones en la identidad.

Es importante destacar que los síntomas de la histeria son genuinos para la persona que los experimenta, pero no tienen una causa orgánica subyacente.

Estos síntomas son considerados una manifestación de un malestar emocional o psicológico, y el diagnóstico y tratamiento adecuados deben ser realizados por profesionales de la salud mental, como psicólogos o psiquiatras.

Factores de riesgo y desencadenantes de la histeria

Los factores de riesgo y los desencadenantes son elementos que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar histeria o desencadenar los síntomas en personas que ya tienen predisposición. Si bien no hay una causa única para la histeria, se han identificado varios factores que pueden influir en su aparición. Algunos de ellos incluyen:

Historia de trauma o abuso: Experiencias traumáticas, como abuso físico, sexual o emocional en la infancia o en la edad adulta, se han asociado con un mayor riesgo de desarrollar histeria.

Estrés psicológico o emocional: Eventos estresantes, como la pérdida de un ser querido, problemas familiares o laborales, conflictos personales o situaciones de gran presión, pueden desencadenar o exacerbar los síntomas de la histeria.

Factores genéticos y familiares: Se ha observado que la histeria puede tener una tendencia familiar, lo que sugiere un posible componente genético en su desarrollo. La predisposición genética y la historia familiar de trastornos psicológicos pueden aumentar el riesgo de histeria.

Vulnerabilidad psicológica: Algunas personas pueden tener una mayor vulnerabilidad psicológica debido a rasgos de personalidad específicos, como alta ansiedad, tendencia a la evitación de conflictos o dificultades para manejar el estrés emocional.

Factores socioculturales: Los factores socioculturales, como las normas sociales, las expectativas culturales o la presión social, pueden influir en la aparición de la histeria. Por ejemplo, en ciertas culturas donde la expresión emocional abierta es menos aceptada, los síntomas de la histeria pueden manifestarse de manera más prominente.

Es importante tener en cuenta que estos factores de riesgo y desencadenantes no garantizan el desarrollo de la histeria, ya que cada persona es única y la interacción de múltiples factores puede contribuir a su aparición. Además, la histeria es un trastorno complejo y su etiología aún no está completamente comprendida.

Enfoques diagnósticos

El diagnóstico de la histeria, también conocida como trastorno de conversión, implica una evaluación exhaustiva realizada por un profesional de la salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra. El proceso de diagnóstico puede incluir los siguientes enfoques:

  • Evaluación clínica: El profesional de la salud mental recopilará información detallada sobre los síntomas y la historia médica y psicológica del individuo. Se explorarán los síntomas físicos y psicológicos presentes, la duración de los síntomas, los factores desencadenantes y cualquier antecedente de trauma o estrés significativo.
  • Exclusión de causas médicas: Dado que los síntomas de la histeria son similares a los de otras condiciones médicas, es importante descartar cualquier causa médica subyacente que pueda explicar los síntomas. Se pueden realizar pruebas médicas y consultas con especialistas para descartar enfermedades o afecciones físicas.
  • Evaluación psicológica: Se pueden utilizar diversas herramientas de evaluación psicológica, como entrevistas estructuradas o cuestionarios estandarizados, para evaluar los síntomas y el impacto en el funcionamiento psicológico y social del individuo. Esto puede incluir la evaluación de trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo u otros trastornos psicológicos relacionados.
  • Evaluación psicodinámica: En algunos casos, se puede utilizar un enfoque psicodinámico para explorar los posibles conflictos subyacentes y las dinámicas emocionales que podrían estar contribuyendo a los síntomas de la histeria. Esto implica analizar la historia personal, las relaciones interpersonales y los procesos inconscientes que pueden estar en juego.

Tratamiento y abordaje terapéutico

El tratamiento y abordaje terapéutico para la histeria, también conocida como trastorno de conversión, puede variar dependiendo de las necesidades individuales y la gravedad de los síntomas.

Generalmente, se utilizan enfoques multidisciplinarios que pueden incluir terapia psicológica, tratamiento farmacológico y terapias complementarias.

  1. Terapia psicológica: La terapia psicológica, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia psicodinámica, puede ser muy útil en el tratamiento de la histeria. Estos enfoques terapéuticos pueden ayudar a identificar y abordar los factores subyacentes que contribuyen a los síntomas, así como proporcionar estrategias para manejar el estrés, mejorar las habilidades de afrontamiento y promover un mayor bienestar emocional.
  2. Terapia física y rehabilitación: En algunos casos, puede ser beneficioso trabajar con terapeutas físicos y ocupacionales para abordar los síntomas físicos de la histeria. Estos profesionales pueden ayudar a mejorar la función motora, reducir la discapacidad y desarrollar habilidades de movimiento y coordinación.
  3. Tratamiento farmacológico: En ciertos casos, se pueden prescribir medicamentos para el tratamiento de los síntomas asociados con la histeria, como la ansiedad, la depresión o los trastornos del sueño. Los medicamentos más comúnmente utilizados pueden incluir antidepresivos, ansiolíticos o estabilizadores del estado de ánimo. Es importante tener en cuenta que el uso de medicamentos debe ser supervisado por un profesional médico y el tratamiento farmacológico puede ser complementario a otras intervenciones terapéuticas.
  4. Terapias complementarias: Algunas personas encuentran beneficio en la incorporación de terapias complementarias, como la terapia de relajación, la acupuntura, la meditación o el yoga, para reducir el estrés, mejorar la relajación y promover el bienestar general.

Referencias

Cherry, K. (2022). What Is Hysteria? Verywell Mindhttps://www.verywellmind.com/what-is-hysteria-2795232

What Is Hysteria? Psychology, History, Symptoms And Present-Day Applications | ReGain. (n.d.). https://www.regain.us/advice/psychology/what-is-hysteria-psychology-history-symptoms-and-present-day-applications/

En este artículo:

Notas Relacionadas

Adversidad: Cómo Fortalecer tu Resiliencia

Adversidad: Cómo Fortalecer tu Resiliencia

La adversidad es uno de los elementos básicos de la vida: es imposible evitarla. Te decimos como fortalecer tu resiliencia ante esta.

Los 9 beneficios de tener una Amistad Verdadera

Los 9 beneficios de tener una Amistad Verdadera

Pasar tiempo con los amigos no sólo es divertido, sino que además aporta multitud de beneficios para la salud física y emocional a largo plazo.

Terapia de aceptación y compromiso para ansiedad

Terapia de aceptación y compromiso para ansiedad

La terapia de aceptación y compromiso se basa en la aceptación que se centra en disminuir la función reguladora de la conducta de la ansiedad.

1 72 73 74 75 76 120

Deja un Comentario

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *