¿Por qué tienes ira? Comprender la ira y el enojo

Comprender la ira

La ira es una respuesta emocional intensa a una situación percibida como provocativa, amenazante o desafiante. Es una emoción primaria que se caracteriza por un sentimiento de resentimiento, frustración o enojo. Pero ¿Cómo comprender la ira?

Comprender la ira

La ira suele empezar a desarrollarse en los confines de nuestra psique, creciendo como respuesta a emociones, acontecimientos o procesos de pensamiento internos o externos.

Estas pequeñas injusticias y heridas, cuando se reprimen, minimizan o niegan, se acumulan como células malignas, multiplicándose y extendiéndose a otras áreas de nuestro ser y de nuestra vida cotidiana.

Identificar las raíces de nuestra ira exige una mezcla única de autocompasión y honestidad brutal, junto con un sentido del yo analítico pero emocionalmente sintonizado.

Las necesidades insatisfechas, los agravios percibidos o reales, la pérdida de control, las amenazas y las barreras que se interponen a la dirección que hemos elegido, ya sea un atasco de tráfico o bloqueos más abstractos como los trámites burocráticos, pueden activar las semillas de la ira que se esconden bajo la superficie.

Estos activadores externos proporcionan un blanco fácil, un sentimiento de justa indignación para justificar un estallido explosivo como reacción a inconvenientes, aunque sean menores.

Podemos purgar rápidamente de nuestra reserva interna, vinculando automáticamente nuestra respuesta a un suceso, sin un examen más profundo, o reflexionar si en un día diferente, nuestra respuesta variaría en intensidad o expresión.

¿Cómo conocer mi enojo?

Explorar las emociones subyacentes que se transforman en ira es un proceso difícil y doloroso. Es la cara dura que ponemos a nuestras emociones vulnerables, la armadura que ponemos alrededor del miedo, los sentimientos de incapacidad, de impotencia; es la máscara que llevamos para disfrazar la vergüenza y la culpa, la medida preventiva que nos protege del desamor, la decepción o el abandono.

En las personas que carecen de capacidad de autorreflexión y de conciencia, este tipo de ira puede arder a fuego lento durante largos periodos. Se convierte en una segunda naturaleza, tejiendo su camino en nuestro tapiz mental tan completamente, que se vuelve invisible al ojo de la mente.

Insidiosa y omnipresente, nos perjudica a nosotros y, cuando inevitablemente se filtra, a quienes se cruzan en nuestro camino. A menos que podamos mirar con sinceridad y objetividad dentro de nosotros mismos, reconociendo nuestras propias vulnerabilidades no como debilidades sino como emociones auténticas, valiosas y orientadoras, la ira permanece al mismo tiempo negada, reprimida y consumidora.

Los problemas de ira nos roban la energía mental, la paz, las relaciones significativas, las mismas cosas que intentamos proteger desesperadamente.

¿Puedo tomar las riendas de ira?

Utilizar estrategias de los siguientes métodos puede ayudar:

Expresión: deja que se oiga tu voz Más allá del desahogo, esto implica comunicar el enfado a los demás, y puede proporcionar validación incluso sin resolución. El momento y el tono son importantes; proceder desde la calma mejora la eficacia, ya que las emociones exaltadas pueden provocar más agitación.

Supresión: es un enfoque de esperar, procesar y convertir, gestionando la ira en el momento y determinando después los siguientes pasos para lograr resultados positivos. Hay que tener cuidado de llevar esto hasta el final; de lo contrario, no es más que represión, que puede provocar daños a uno mismo o a los demás.

Calmarse: ya sea mediante el arte, el ejercicio físico, la respiración profunda, la meditación o gritando al proverbial vacío, encontrar una estrategia de afrontamiento saludable es una forma de controlar los daños de la ira que nos permite recuperar el equilibrio emocional interior y controlar nuestras acciones y comportamiento.

Si usted o las personas de su confianza están preocupados por la frecuencia, la intensidad, la duración o el impacto de su ira, considere la posibilidad de ponerse en contacto con un terapeuta u otro tipo de apoyo profesional individualizado. Es poder; podemos usarlo para salvar o para destruir.

Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.

Referencias:

Smyth, T. (2020, 17 junio). What is the Origin of Anger and How to Deal with it? Living With Finesse. https://livingwithfinesse.com/anger-management/

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