¿Qué es la distimia?
La distimia, también conocida como trastorno distímico, es un trastorno del estado de ánimo crónico y de larga duración que se caracteriza por una depresión persistente y de menor intensidad.
Es considerada una forma de depresión crónica, pero a diferencia de la depresión mayor, los síntomas de la distimia son menos severos, aunque perduran durante períodos prolongados, generalmente por dos años o más en adultos (un año en niños y adolescentes).
Las personas que experimentan distimia suelen sentirse tristes, desanimadas o deprimidas la mayor parte del tiempo, casi todos los días.
¿Cuáles son los síntomas de la distimia?
- Estado de ánimo crónicamente deprimido: Sentimientos persistentes de tristeza, melancolía, desesperanza o vacío.
- Falta de interés y placer: Pérdida de interés o disfrute en las actividades cotidianas que antes solían ser placenteras.
- Energía reducida o fatiga: Sensación constante de falta de energía, fatiga o agotamiento incluso con actividades mínimas.
- Autoestima baja: Sentimientos de baja autoestima, inseguridad o sentimientos de inutilidad.
- Alteraciones del sueño: Problemas para conciliar el sueño, mantenerlo o experimentar sueño excesivo.
- Cambios en el apetito: Pérdida o aumento de peso significativo debido a cambios en el apetito.
- Dificultades cognitivas: Dificultad para concentrarse, tomar decisiones o pensar con claridad.
- Aislamiento social: Retraimiento social, evitando actividades sociales y reduciendo la interacción con otras personas.
¿Cuál es la duración y curso de la distimia?
La distimia se caracteriza por su naturaleza crónica y prolongada.
Según los criterios diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), la distimia se define por la presencia de síntomas depresivos durante la mayoría de los días durante al menos dos años en adultos (un año en niños y adolescentes).
Durante este período, los síntomas no deben estar ausentes por más de dos meses seguidos en adultos (un mes en niños y adolescentes).
El curso de la distimia puede variar de una persona a otra. Algunas personas pueden experimentar síntomas estables a lo largo de los años, mientras que otras pueden experimentar fluctuaciones en la gravedad de los síntomas.
Además, la distimia puede ser intermitente, con períodos en los que los síntomas son menos evidentes o se experimenta una remisión parcial.
Tratamiento psicológico
El tratamiento de la distimia se centra en aliviar los síntomas y mejorar el bienestar de la persona. La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha demostrado ser efectiva en el manejo de la distimia al ayudar a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos poco saludables.
En algunos casos, se puede considerar el uso de medicación, como antidepresivos, para ayudar a estabilizar el estado de ánimo y reducir los síntomas.
Es importante buscar ayuda profesional si se sospecha la presencia de distimia. Un psicólogo o psiquiatra puede realizar una evaluación exhaustiva y recomendar el tratamiento más adecuado para cada caso individual, brindando apoyo y orientación en el manejo de esta condición crónica.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.
