La disociación es un fenómeno psicológico en el cual una persona experimenta una ruptura en la integración normal de sus pensamientos, recuerdos, emociones, identidad o percepción de sí misma y del entorno.
Es como si ciertos aspectos de la experiencia mental se separaran o desconectaran, creando una sensación de separación o extrañeza con respecto a la realidad.
¿Cuáles son los síntomas de la disociación?
- Despersonalización: La sensación de estar desconectado o separado de uno mismo. La persona puede sentir que está observándose a sí misma desde fuera de su cuerpo o que su cuerpo no le pertenece.
- Desrealización: La percepción de que el entorno o el mundo que nos rodea no es real o parece irreal. Los objetos pueden parecer distorsionados, el tiempo puede percibirse de manera alterada o se puede sentir una sensación de estar en un sueño.
- Amnesia disociativa: La incapacidad de recordar información personal importante o experiencias traumáticas. La amnesia puede ser selectiva, afectando solo ciertos eventos, o generalizada, involucrando amplios períodos de tiempo.
- Fugas disociativas: En casos más extremos, la persona puede experimentar períodos de tiempo en los cuales pierde completamente su identidad y memoria autobiográfica. Durante estas fugas disociativas, la persona puede asumir una nueva identidad y realizar actividades sin tener conciencia de su identidad previa.
- Fragmentación de la identidad: En el trastorno de identidad disociativo (anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple), la disociación se manifiesta a través de la presencia de múltiples identidades o personalidades dentro de una misma persona. Estas identidades pueden tener características y recuerdos únicos y pueden surgir en momentos específicos o de manera alternante.
¿Por qué sucede?
Mecanismo de defensa: La disociación se considera un mecanismo de defensa psicológico que el cerebro utiliza para protegerse del trauma o del estrés extremo. En situaciones abrumadoras, el cerebro puede desconectar temporalmente ciertos pensamientos, emociones o recuerdos para reducir el malestar emocional y facilitar la adaptación.
Respuesta al trauma: La disociación a menudo está asociada con experiencias traumáticas. Cuando una persona se enfrenta a un evento traumático, como abuso físico o sexual, violencia, accidentes graves o situaciones de guerra, el cerebro puede recurrir a la disociación como un mecanismo de supervivencia para amortiguar el impacto emocional y proteger la integridad psicológica.
Estrategia de adaptación: La disociación puede ser una estrategia adaptativa para hacer frente a situaciones estresantes y abrumadoras en general, no solo relacionadas con traumas específicos. Por ejemplo, en situaciones de estrés crónico, como entornos familiares disfuncionales o relaciones abusivas, la disociación puede permitir a la persona distanciarse emocionalmente de las circunstancias adversas.
Vulnerabilidad individual: Algunas personas pueden tener una mayor vulnerabilidad a la disociación debido a factores individuales, como la predisposición genética, las características de personalidad, las experiencias previas de trauma o la presencia de otros trastornos mentales. Estos factores pueden influir en la forma en que el cerebro responde a situaciones estresantes y aumentar la probabilidad de experimentar disociación.
¿Cuándo sucede una disociación?
- Experiencias traumáticas: La disociación a menudo se desencadena durante o después de eventos traumáticos. Esto puede incluir abuso físico o sexual, violencia, accidentes graves, eventos catastróficos, situaciones de guerra, entre otros. Durante el trauma, la disociación puede actuar como una forma de protección para la persona al reducir la sensación de peligro o la intensidad de las emociones experimentadas.
- Estrés extremo: La disociación también puede ocurrir en situaciones de estrés extremo o prolongado, como situaciones de abuso emocional o físico crónico, negligencia, ambientes disfuncionales o relaciones tóxicas. En estos casos, la disociación puede ser una estrategia de afrontamiento que permite a la persona distanciarse emocionalmente de las circunstancias estresantes.
- Trastornos disociativos: Los trastornos disociativos, como el trastorno de identidad disociativo (antes conocido como trastorno de personalidad múltiple) y el trastorno de despersonalización-desrealización, se caracterizan por la presencia recurrente de episodios de disociación. En estos trastornos, la disociación puede ocurrir de manera más frecuente y crónica, afectando la identidad, la memoria y la percepción de la realidad de la persona.
- Trastorno de estrés postraumático (TEPT): Las personas con TEPT pueden experimentar episodios de disociación como parte de sus síntomas. Durante los flashbacks o las situaciones que les recuerdan al trauma, pueden entrar en un estado de disociación, donde se sienten desconectados de la realidad actual y reviven el evento traumático como si estuviera sucediendo nuevamente.
- Momentos de estrés agudo: La disociación no está limitada solo a situaciones traumáticas. En algunos casos, puede ocurrir en momentos de estrés agudo, como en situaciones de conflicto interpersonal intenso, durante exámenes académicos o presentaciones públicas, o cuando se enfrentan circunstancias que desbordan la capacidad de afrontamiento de una persona.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.