La etapa de latencia, según la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud, es la cuarta etapa del desarrollo psicosexual humano, que se produce aproximadamente entre los 6 años y la pubertad.
Durante esta etapa, se caracteriza por un período de relativa calma en el desarrollo sexual, en contraste con las etapas anteriores y posteriores.
En la teoría de Freud, las etapas del desarrollo psicosexual representan distintas fases en las que el individuo experimenta cambios y conflictos relacionados con su sexualidad y sus deseos instintivos.
En la etapa de latencia, estos impulsos sexuales se mantienen latentes o inactivos, y el enfoque principal del desarrollo se desplaza hacia otras áreas, como la adquisición de habilidades cognitivas, sociales y educativas.
¿Cuáles son las características de la latencia?
- Reducción de la energía sexual: Los impulsos sexuales que predominaban en las etapas anteriores, como el interés en la zona genital, se encuentran temporalmente disminuidos. Freud postulaba que la energía libidinal se desplaza hacia actividades no sexuales.
- Focalización en la socialización y la educación: Durante la latencia, los niños tienden a centrarse en la socialización con sus pares y en la adquisición de habilidades educativas. La escuela y otras actividades estructuradas toman un papel importante en su vida, ya que se esfuerzan por aprender y cumplir con las expectativas sociales y académicas.
- Formación de amistades y relaciones con los pares: Durante esta etapa, los niños desarrollan amistades con sus compañeros de edad. Las relaciones de amistad y los juegos en grupo se vuelven fundamentales para el desarrollo social y emocional. Estas interacciones pueden influir en la formación de la identidad y en el desarrollo de habilidades sociales.
- Supresión de impulsos sexuales y conflictos: Durante la etapa de latencia, los impulsos sexuales reprimidos pueden dar lugar a conflictos y a la aparición de mecanismos de defensa. La sexualidad puede ser considerada tabú o vergonzosa, y los niños pueden experimentar sentimientos de culpa o ansiedad asociados con sus deseos y curiosidades sexuales.
- Desarrollo de habilidades cognitivas y lenguaje: La etapa de latencia está marcada por un mayor desarrollo cognitivo y lingüístico. Los niños adquieren habilidades de pensamiento más complejas, mejoran su capacidad de atención y memoria, y desarrollan un lenguaje más sofisticado, lo que les permite participar en actividades educativas y comunicarse de manera más efectiva.
¿Por qué sucede?
Represión cultural y social: La sociedad impone normas y valores en relación con la sexualidad, especialmente en la infancia. Los niños son expuestos a mensajes culturales y sociales que les indican que ciertos aspectos de la sexualidad son inapropiados o tabúes. Estas normas sociales pueden llevar a la represión de los impulsos sexuales durante la etapa de latencia.
Influencia de la educación y la socialización: Durante la latencia, los niños ingresan al sistema educativo formal y se involucran en actividades estructuradas, como la escuela. La educación y la socialización en este contexto se enfocan principalmente en el desarrollo cognitivo y la adquisición de habilidades académicas y sociales. Este cambio de enfoque hacia el aprendizaje y la socialización puede desviar temporalmente la atención de los impulsos sexuales.
Desarrollo de la identidad y los roles de género: Durante la etapa de latencia, los niños también están desarrollando su identidad y los roles de género. A medida que se adaptan a las expectativas culturales y sociales de cómo deben comportarse según su género, pueden suprimir temporalmente sus impulsos sexuales y enfocarse en la construcción de una identidad de género más sólida.
Mecanismos de defensa: Freud sugirió que durante la etapa de latencia, los mecanismos de defensa, como la represión y la negación, juegan un papel importante en la supresión de los impulsos sexuales. Estos mecanismos defensivos ayudan a mantener los deseos y pensamientos sexuales fuera de la conciencia, lo que permite a los niños concentrarse en otras áreas de desarrollo.
Leer información y consejos escritos por un psicólogo profesional puede ser de gran ayuda para muchos, pero si llegarás a considerar que requieres hablar con un profesional, lo más recomendable es solicitar consejería para tu situación particular con un psicólogo en línea.
